Medio Ambiente



Cada año se deforestan miles de hectáreas de bosques vírgenes (con el aumento consiguiente de los gases de efecto invernadero en la atmósfera) para convertirlos en suelos cultivables; se invierten recursos hídricos para regar cultivos; se contamina con productos químicos para controlar plagas; se producen toneladas de plástico para embalajes; y el fruto de tantos esfuerzos acaba conducido al vertedero. Sería posible reducir el tamaño de las tierras cultivadas y aún así abastecer de alimentos suficientes a la totalidad de la población del planeta, incluidos los millones que a día de hoy sufren desnutrición o mueren de hambre. Bastaría para ello con acabar con el despilfarro que recorre toda la cadena de producción y abastecimiento.


Si la población mundial al completo adoptase la dieta carnívora occidental, sería necesaria una producción de grano que superaría en dos veces y media la actual, lo que es ecológicamente insostenible.